Sunday, December 11, 2011

Querida Rosamunde,

Terminé de leer su libro hace unos días y ahora le escribo en una situación idílica: me encuentro relajadísima y en un entorno ideal. Unas cuantas gotas caen poco a poco de una fuente y un murmullo de voces viene por la derecha. Hay sonidos lejanos de platos y cubiertos y de repente, unos tacones que caminan por delante de mí. Alguien dice "hasta mañana" pero no oigo la respuesta.
Sus libros siempre han representado para mí, descanso, alegría, paz... como una vuelta al hogar, a los hogares que usted ha creado en cada uno de sus libros. Solsticio de invierno es una novela de este tipo pero no me ha gustado como la que más. Son curiosas sus novelas corales en las que los personajes van apareciendo individualmente para luego juntarse y enlazar sus historias para convertirlas en una sola. De todas maneras hay algo en Solsticio de invierno que no la hace una de sus mejores novelas ni la más representativa. Es quizá la historia de Carrie y Sam que no acaba de dibujarse, es quizá el tono repetitivo que hay en la relación entre Elfrida y Óscar en la que muchos detalles vuelven a decirse una y otra vez como si no nos hubiésemos enterado, es quizá una historia demasiado larga en la que las distintas piezas acaban, según mi punto de vista, encajando demasiado bien. Es, como dice Lucy... ¿Cómo es posible que ocurran tantas cosas en un mismo día?
Sabe, Rosamunde, que siempre le estaré agradecida. Un fuerte abrazo.

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