Saturday, December 17, 2011

Carta póstuma al Sr. Edmond Rostand:

Querido Sr,
Cyrano de Bergerac, ¡qué sorpresa! ¡Qué gran obra! Desde luego el suyo es un clásico que nunca pasa de moda. Creo que por eso mismo es un clásico, porque pese a que fue escrita a finales de 1800 aun hoy se entiende. ¡Qué sorpresa también comprobar que Cyrano fue un personaje real, escritor, pensador, de la Francia del siglo XVII! Creo que es la primera vez que leo por propia iniciativa una obra teatral. Me alegro que haya sido Cyrano.

P.D. a los ajenos: Por ahora no puedo colgar la foto de la portada de la edición que he leído, de Sopena. Me ha sorprendido lo bien traducida que está. Al menos esa es mi impresión. [Por fin he podido colgar la imagen. A 06 de abril de 2012]

Querido Daniel,


Nos volvemos a cruzar. Me he divertido mucho con su libro. Especialmente con la primera parte. He tenido muchos momentos de sonrisa y de risa. Algún otro momento de aburrimiento (tanto hablar del entrenamiento para los besos) y en general, muchos momentos de distracción. Reconozco que la historia de Max, Katrin y Kurt me ha gustado menos que la de Contra el viento del norte. Aquí, por cierto, también aparece ese viento acompañado de un ambiente invernal desapacible.

He tirado de usted, Daniel, en un fin de semana especial, de aviones, trenes, encuentros, abrazos, alegrías, angustias (conmigo es imposible...), agradecimiento, recuerdo... Usted (su libro) y ese braco alemán de pelo duro... solo quiero decirle que, para la próxima, añada usted una foto. Dejo su libro viajero, Daniel, con una historia dentro y otra fuera. Un abrazo.

Sunday, December 11, 2011

Querida Rosamunde,

Terminé de leer su libro hace unos días y ahora le escribo en una situación idílica: me encuentro relajadísima y en un entorno ideal. Unas cuantas gotas caen poco a poco de una fuente y un murmullo de voces viene por la derecha. Hay sonidos lejanos de platos y cubiertos y de repente, unos tacones que caminan por delante de mí. Alguien dice "hasta mañana" pero no oigo la respuesta.
Sus libros siempre han representado para mí, descanso, alegría, paz... como una vuelta al hogar, a los hogares que usted ha creado en cada uno de sus libros. Solsticio de invierno es una novela de este tipo pero no me ha gustado como la que más. Son curiosas sus novelas corales en las que los personajes van apareciendo individualmente para luego juntarse y enlazar sus historias para convertirlas en una sola. De todas maneras hay algo en Solsticio de invierno que no la hace una de sus mejores novelas ni la más representativa. Es quizá la historia de Carrie y Sam que no acaba de dibujarse, es quizá el tono repetitivo que hay en la relación entre Elfrida y Óscar en la que muchos detalles vuelven a decirse una y otra vez como si no nos hubiésemos enterado, es quizá una historia demasiado larga en la que las distintas piezas acaban, según mi punto de vista, encajando demasiado bien. Es, como dice Lucy... ¿Cómo es posible que ocurran tantas cosas en un mismo día?
Sabe, Rosamunde, que siempre le estaré agradecida. Un fuerte abrazo.

Sunday, October 09, 2011

¡Hola de nuevo Albert!

Siento decirle que este libro suyo me ha gustado mucho menos que Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo. Lo siento yo, sí, pero imagino que usted no lo sentirá nada o al menos no tanto como yo. Lo he leído porque me lo han prestado pero tampoco esperaba gran cosa. Me encantan su título, eso sí, la tipografía de los capítulos, su cubierta... pero este texto... No he llegado a captar el mensaje. O no. Aunque lo capto, el mensaje es demasiado evidente. Esta claro que quiere decirnos algo pero queda como demasiado hueco (no de espacio sino de resonancia). Demasiadas ideas bonitas, de superación personal, de hallarse uno mismo, todas juntas, sin ton ni son, un estilo a manual de autoayuda novelado.

[Mi texto sí que está quedando complicado... No me estoy entendiendo ni yo misma... Ríase entonces usted conmigo de mi crítica.]

Hay muchas frases que me gustan, que quedan muy redondas. Pero por otro lado hay grandes rotondas (intentando seguir el símil) que me parece que sólo hacen marear al lector: "te tendría que contar algo pero ahora no, más tarde... Ahora te lo cuento... bueno no, ahora no, después... Ahora quiero contarte esto otro pero te lo contaré después de que te cuente lo anterior que lo dejé a medias pero lo completaré más adelante..." Debe haber un estilo, sí, que pretende romper con la narración lineal. Creo que no quiere empezar por el principio y acabar por el final. Pero conmigo lo único que ha conseguido es que no sepa si me ha contado todo lo que había dicho que pretendía. ¿Tengo que sentirme engañada? Dan ganas de decir: "vale, muy bien, pero esta te la apunto y luego paso lista para ver si has terminado de contar lo prometido". En fin, es curioso, su estilo, su forma, sus ideas (sus "perlas", sus estrellas, sus faros...) pero no queda todo bien hilado... SIEMPRE, SIEMPRE, A MI PARECER (a la hora de dar críticas negativas me entra mucho miedo).

Pese a todo tengo que darle las gracias Albert. Al final ha conseguido que lea dos de sus libros. Pero tendría que convencerme mucho para leer el siguiente.

Querida Nicole,

¡Me ha encantado! ¡Cómo es La historia del amor! ¡Es un libro maravilloso! Quiero agradecer a la editorial Salamandra que lo haya vuelto a editar en esta edición de aniversario, además de hacerlo con este color tan bonito para la cubierta, esta forma y estas ilustraciones. El libro es una delicia en su conjunto.

La historia es extraña, es curiosa, es intrigante, es adictiva. Te atrapa, te interroga, te sorprende, te hace reír...

Me encanta la forma de hablar de los personajes. Sus reflexiones con puntos. Sus acciones, sus aventuras, sus maneras de entender y hacer su propia vida. Su valentía.

Hay cosas que no he podido averiguar y no se si realmente Leo Gursky era quien yo creía, si estaba imaginando a sus amigos, si se estaba imaginando él mismo o si era otro.

Volvería a leerlo hoy mismo (y hace menos de un mes que lo terminé). Es un libro con mil rincones. Mil frases para detenerse y mirar. Hay mil historias dentro de otras historias. Hay mil sitios para perderse y enredarse, para averiguar quién era Alma o quiénes eran Alma.

MUCHAS GRACIAS NICOLE. ¡FELICIDADES!

Carta póstuma a la Sra. Christie:

Querida Agatha:

Hace mucho (sí, de nuevo) que acabé su libro Asesinato en el Orient Express. Es curioso (sí, también) que a mi edad (sí, a mi edad) no lo hubiera leído. Al menos yo me sorprendo... me sorprendo de mí misma, sí. Leí, en algún momento de mi vida, Diez negritos y todavía recuerdo lo mucho que me gustó. Este me ha enganchado, cómo no, pero llega un momento en que se hace un poco previsible y Poirot va dejando caer pistas para que tú también averigües el final. Eso sí, hay tal cantidad de personajes que no he llegado a distinguirlos a todos. Desde luego tampoco me pregunte en qué compartimento estaban.

Me ha llamado la atención que el detective no pretenda interrogar a ningún momento al médico y al jefe de la compañía, ni siquiera antes de saber que estaban exculpados todos los que no se encontraban en el vagón del asesinado. ¿Y él? Tampoco llega a interrogarse a él mismo. Ni siquiera intenta demostrar su inocencia. En el juego de la duda que corroe al lector también formará parte el que Poirot pueda ser el asesino, sobre todo si te plantas frente al libro sin ningún conocimiento previo.

Gracias Sra. Christie, por permitirnos sentarnos junto a Poirot y sus acompañantes y hacernos intervenir en las investigaciones, juzgando a todos y rebatiendo los argumentos que lanzan los sospechosos. Gracias por atarnos a sus libros.

Tuesday, August 23, 2011

Carta póstuma a Pushkin:

Por fin he podido leer la historia que leía... ¿cómo se llamaba? ¡¡Tatiana!! [he tenido que buscarlo] en El jinete de bronce de Paullina Simons. Había otros libros, creo recordar, también suyos, como Eugenio Oneguin y algún otro... La edición de Hiperión es estupenda, con el texto original en ruso y grabados de la primera edición, además del prólogo que contextualiza bastante la obra. Leí su libro en una sentada (la sentada fue de 8 horas aunque creo que su libro sólo me llenó 1). El exordio (por cierto, interesante palabra) dedicado a San Petersburgo es la parte que más me ha gustado. No sé si ha sido muy difícil la traducción pero queda muy bien en castellano. Me gusta sobre todo la dualidad de la ciudad cruel y amiga, destructora y bella, como es todo en esta prosa versificada o en estos versos prosaicos. El zar Pedro es el hacedor de lo grandioso a la vez que el culpable de la destrucción... ¿será este el comienzo de una nueva etapa de lectura desplazada hacia el este?

Carta póstuma al Sr. Kawabata:

Querido Yasunari,

¿son quizás las personas que más ven la belleza de la vida y de las cosas, las que más sufren? ¿Cómo es posible que usted escribiera estos relatos y más tarde se quitara la vida? ¿Cuál era el peso que soportaba? Hace poco que acabé de leerlos. Aparte del relato Primera nieve en el monte Fuji recuerdo aquel de la señora infiel y el otro de los árboles que habían perdido las hojas. Son historias sencillas que no cuentan nada especial, que terminan como cortadas, sin moraleja y sin un final claro y redondo. Ah! Recuerdo también aquel del joven que había eludido el ejército vestido de mujer... curioso y raro hasta el extremo. Esta lectura me ha recordado a otras recientes de escritores japoneses, además de mezclar los escenarios con películas que acabo de ver.

Las lecturas de este año les pertenecen a ustedes.

Friday, July 22, 2011

Querida Alicia:

Sé que no fue usted la protagonista de estas historias, ni siquiera las ha inventado, sólo las ha puesto por escrito... pero aún así, la realidad supera en este caso toda su prosa.
Además, ¿por qué lo llama AMOR cuando quiere decir SEXO? Es de esto último de lo único que trata su libro. No recuerdo que haya ninguna historia apacible, de amor incondicional (seguro que alguna habrá, pero desde luego no abundan). Parece que sólo le han interesado las historias sórdidas y morbosas de celos, infidelidades, drogas, alcohol o maltratos a uno o a la otra.
Ya me lo dijo una amiga (por cierto, sorprendida al ver que yo estaba leyendo su libro): "no vale gran cosa". Y eso que no fueron sus palabras exactas, que si pudiera acordarme...
Hasta luego Alicia.

Sunday, June 19, 2011

Querido David:

Me acuerdo de Siempre el mismo día... ¡Y SONRÍO! ¡Qué bien lo he pasado leyéndolo! Al acabarlo anoté algunas ideas en un folleto del LIDL pero creo que lo he perdido, en la calle o mi propio maremágnum. Y más ilusión me ha hecho aún, pensar que ya está hecha la película. Últimamente sólo leo 'guiones' pero mira que lo paso bien. Su historia es romántica, sí, sin final feliz, sí... pero es tan divertida, tiene tal cantidad de detalles graciosos, cómicos, de frases geniales cogidas al vuelo, de expresiones con las que no puedes evitar sonreirte. Lo he pasado así, bien y mal. Sé que con Dexter yo no tendría futuro. Valoraría la actitud de Emma (en una persona real) que es capaz de aguantar lo inaguantable en una amistad, sobreponiendo el amor y el cariño a las malas etapas. Yo hubiera plantado a Dexter a la primera de cambio. Realmente eso hizo Emma, le dijo que no podía volver a verle aunque le quería mucho. Y sí, también he sufrido con el final. No me lo podía creer. Cuando leí lo que le pasó a Emma, tendría que haberme visto: volviendo y revolviendo rápidamente las páginas para ver si aparecía en las siguientes... y creí verla, es verdad, pero sólo fueron espejimos de otra época. Estoy deseando ver la adaptación porque sé que también disfrutaré, aunque no tanto como lo he hecho con el libro... o eso creo.
Espero que le vaya bien y continúe escribiendo así. Un fuerte abrazo. Si rescato mis anotaciones ilegibles en la publicidad junto a la oferta de calabacines, le añadiré alguna nota. Un beso.
...Y una última cosa... acabo de tener un flash, un recuerdo agradable, de la relación epistolar (basada en su relación de dependencia, de mantener el contacto, de to be in touch) que tienen Em (¿era Emm?) y Dex durante su vida. Me reí muchísimo con las postales de Dexter: ¡INUNDADO EN VENECIA! y cosas así, mientras ella se dejaba el alma escribiéndole cartas con el corazón. Es genial como ha sabido captar las diferencias entre estas dos personas, reflejo de las que se dan hoy en día en cualquier parte... Y nada más, esa era mi última reflexión. Otro beso.

Saturday, June 18, 2011

Carta póstuma al Sr. Dahl,

Hoy me acordé, mientras ponía al día mi situación lectora, que hace siglo y medio (más o menos) leí sus Relatos de lo inesperado publicados en español por Anagrama. Mi libro incluye una bonita dedicatoria de la persona que me lo regaló. Me gustó revivir la sensación de recibir un libro como regalo, en este caso, por mi cumpleaños. -- No tengo casi ningún recuerdo de su libro. Me acuerdo, sí, de algunas historias, como la del joven que entra en el hostal que lo llama desde la calle con sus luces de neón o la de la apuesta en la piscina... ¡Ah! Y la de la señora que quiere irse a toda costa a ver a su hija y la exaspera su marido con su lentitud siempre de último momento. Su libro, en global, me sorprendió muchísimo. Sus historias atrapan y cuando descubres su estilo, una vez has leído la primera, esperas a sorprenderte con el final de la siguiente. Es macabro, mordaz, satírico... no he leído a Poe pero lo comparan con usted. Y no es curioso que también escribiera historias para niños. Los Gremlins, Charlie y la fábrica de chocolate y Matilda, que son las historias que conozco, aunque sea por su adaptación al cine, tienen el mismo tinte que este libro. No son cuentos perfectos. En ellos hay un punto de terror y de locura.
Gracias, Sr. Dahl.

Monday, May 30, 2011

Querido Mr. Sparks:

¿Le escribí? Hace un tiempo sí, pero también hace un tiempo que leí El cuaderno de Noah y no he vuelto a escribirle. Recuerdo que ví la película algunos años después de su estreno, cuando alguien se sorprendió porque no la había visto y me prestó el DVD. Me gustó muchísimo la historia pero en la película se da menos peso a la vejez, a lo que es la historia contada desde el punto de vista del Noah anciano. Eso es algo que no me gusta de su novela porque la historia de la relación entre Noah y Allie, en el tiempo en que se conocen y se enamoran, ocurre -contada- muy deprisa. Aun así, me gusta mucho su estilo y forma de escribir. Te permite meterte en la historia, es fluida y te lleva dulcemente...

Siento dejarlo aquí, pero realmente nada más me ha quedado de su libro que una buena sensación.

Señalé, hace unos meses cuando leí su libro, 3 pasajes. El primero tiene que ver con la reflexión que hace Noah sobre el paso del tiempo a partir del recuerdo de su padre (... dentro de un par de años su imagen se habrá desvanecido por completo, y yo ya no estaré, de modo que su recuerdo desaparecerá como un mensaje escrito en la arena...) ; el segundo, una alusión a su reacción en los primeros momentos de la enfermedad de Allie (... yo era una enciclopedia, un compendio sin sentimientos de los qués, cuáles y dóndes de su vida, cuando, en realidad, lo único importante eran los porqués, las cosas que yo no podía responder...); y el tercero un fragmento de la carta que Allie le deja antes de olvidarle (te quiero por muchas razones, pero sobre todo por tus pasiones, que siempre han sido las cosas más maravillosas de la vida). Con estos, desde luego, se resume todo.

Hasta otra Nicholas.

Friday, May 06, 2011

Querido Sr. Ishiguro,

Me ha gustado su libro. En cuanto (por casualidad) ví en Internet algunos minutos de la película que a partir de él han hecho (sólo 1 ó 2 semanas antes de la promoción del trailer por TV) me lanzé (prácticamente... hoy la cosa va de paréntesis) a cogerlo prestado en la Biblioteca (suerte que lo tenían). Sin conocerlo (a usted) me atrajo una historia que luego se ha desvelado diferente. Ví unas imágenes de la campiña inglesa y esas historias... (how to say?), "de campo", me encantan. La historia ha sido "de campo", sí, y de un internado, pero el tema principal se alejaba de lo "habitual". Me hace gracia porque la narración de Kathy podría haberla hecho yo: Kathy habla enlazando ideas sin fin, sin orden ni concierto, una detrás de otra pero referidas a distintos momentos. No habla en orden cronológico. En este sentido, me parece terriblemente desordenado: "Porque eso ocurrió después pero antes pasó lo siguiente por razones desconocidas en ese momento que luego se explicaron". Una narración desordenada es más entretenida. Es más propia de eso, de una narración, del relato de unos hechos de manera coloquial, aunque estemos acostumbrados (me parece) a un comienzo, un desarrollo de los acontecimientos 1, 2 y 3 y un final. Creo que de manera lineal se conoce mejor una historia. Se averiguan primero las causas y luego las consecuencias. Sino, las cosas se van conociendo de otra manera y también es interesante: uno analiza el porqué (causa) ocurrió algo (hecho=consecuencia). Quizás estoy elucubrando... desordenadamente. Pero en su novela tampoco se explica nada claro. Respecto a la clonación hay algunos misterios: ¿qué significa realmente "completar"? Parece que mueres, sí, pero en algún momento se sugiere o parece, que esto responde a un estado catatónico en el que ya aprovechan hasta lo último que te queda, pero dejándote aún vivo.La historia es horrible pero, bien pensado, es una aberración que podría ocurrir. Es horrible este utilitarismo de las personas, el tratarlas como objetos, pero cosas peores han ocurrido en la historia. Con que exista un fin "bueno", algunos podrían pensar que cualquier medio puede ser bueno para lograrlo. Pero, ¿qué vida es la que merece ser vivida? ¿Quién lo decide? ¿Por qué no muere aquel al que le ha llegado la hora y no el ser que ha sido creado para salvarlo? ¿Quién decide que el segundo tiene menos valor si nace igual que los otros, de otro hombre? ¿Es una cuestión únicamente temporal, de quién llegó antes? Algunos misterios no se descubren pero otros sí, al principio, cuando entiendes que los cuidadores lo sabían, que estaban en el ajo de algo. Me pregunto también si cuando fueron a Norfolk era la primera vez que viajaban al "exterior" pues no se menciona nada parecido antes. Quizá era algo más común. Y sobre todo me pregunto una cosa: ¿Por qué no huyeron? Hay un momento clave, cuando Kathy y Tommy (por cierto que nuestros personajes, junto con Ruth, son de los pocos que no tienen 2º nombre, expresado con inicial) descubren que no hay prórrogas ni aplazamientos... ¿no les cabía en la cabeza la huida? ¿Aceptaron el destino que otros habían decidido para ellos? ¿Por qué no fueron los primeros que se alejaron de todo y se escondieron? ¿Por qué no eligieron su propio destino cuando lo tenían en las manos? Ahora, pensando en alto, veo que esto puede ocurrirnos a cualquiera: tener la oportunidad de escapar o de alejarnos de algo que realmente nos destruye aunque fuera parte de un camino que en su día elegimos o simplemente por el que pasábamos pero pensando que era donde debíamos estar. No siempre se es valiente para aceptarlo, reconocerlo y tomar la decisión.
Me encantan los giros en torno a la canción de Judy Bridgewater. Me ha gustado que fuera una canción ficticia, inventada como parte de la historia, pero me ha entristecido pensar que no puedo escucharla como lo hacía Kathy porque ya nadie podría escribir, componer y cantar lo que usted oía mientras la escribía.
Muchas gracias por haber escrito esta historia que me ha dado tanto que pensar.

P. D. a los ajenos: va todo en un gran párrafo bastante ilegible porque últimamente me estoy peleando con Blogger por los saltos de línea... hay veces que me pierdo en la nada entre un párrafo y el siguiente... a ver si lo domo.

Actualización del 03.11.12. Querido Sr. Ishiguro: ¿ve lo que me he encontrado andando por las calles de la ciudad donde vivo? ¡Qué sorpresa! ¿Quién lo pintaría? ¡Quiero conocerla o conocerlo! ¿Habrá leído su libro o sólo habrá visto la película? ¿A quién se lo escribía? ¿Qué historia hay detrás de estas palabras?



Sunday, April 24, 2011

Querido Sr. Levy,

Marc, le intento escribir a la velocidad de la luz porque tengo muy poco tiempo. Eso sí, ayer acabé de leer su libro a las 5 de la mañana (entonces más bien lo he acabado hoy) y sí tengo la historia más o menos fresca en mi cabeza. Felicito en primer lugar a los que se están encargando del diseño de las portadas de sus libros en las ediciones en español: me encantan las imágenes y la tipografía que Planeta está utilizando. La novela me ha parecido un poco rebuscada. Seguro que leeré la continuación pero también seguro que me costará seguir el hilo. De nuevo me pasa como si no pudiera concentrarme en la lectura y... ¡creo que no es culpa mía! Los libros suelen absorberme pero en este, como en otros que he leído recientemente, la historia pasa por encima mía... o soy yo la que pasa por encima de ella. Las líneas no me atrapan, son sólo líneas... que leo.

En fin, mi tiempo se acaba... Intentaré contarle algo más adelante. Un abrazo temporal.

[Continuo el 06/05/2011]

Mientras pensaba que debía volver a escribirle recordé que ya había leído otro libro suyo... Contando con esta es, entonces, la tercera vez que le escribo. He repasado mi misiva del anterior libro que leí, Volver a verte, donde me proponía la lectura de otro de sus novelas para comparar. Pues bien, sin quererlo ni desearlo, me lo he vuelto a encontrar por el camino. La sensación de esta vez, como le dije el otro día, ha sido distinta. La historia me ha parecido mal construida y en ocasiones, demasiado técnica para ser una novela. Creo también que es repetitiva, las ideas y ambiciones de Keira y Adrian se presentan una y otra vez. Hay demasiado misterio en torno a la organización que los persigue y al final creo que no he llegado a entender nada. Parece como si usted mismo no estuviera seguro de qué querían ocultar. La idea de llamarlos por los nombres de los países a los que representan me ha resultado curiosa y me ha recordado a la lectura (inconclusa por mi parte) de El hombre que fue jueves. El final es bastante cortante pero me ha gustado la puerta que deja abierta. ¡Al menos le digo algo bueno!

Sr. Levy, su libro viajero (novela que se desarrolla en el mundo) me ha acompañado a mí también a lo largo y ancho (o estrecho) de 4 países, aunque ninguno ha coincidido con algún escenario de la novela. Me intriga -aunque no mucho- cómo acabará la historia. Por ahora se han dado 0 pistas. No espero menos que una señal extraterrestre o una dimensión paralela, aunque a la vez me defraudaría enormemente. Un abrazo.

P. D. a los ajenos: Seleccioné algunos párrafos y con el permiso de los señores de la propiedad intelectual (y a modo de reclamo del libro), los transmito:

¿Cómo marcharse de viaje al día siguiente, sin ni siquiera haber vuelto a verlo? Marcharse sin decir una palabra es peor que un abandono; el silencio es una traición.

Y, sin esperar respuesta, Keira dejó caer su carpeta al suelo, se lanzó a mis brazos y me besó. Aquel beso me supo a papel maché; era exactamente eso, un beso de papel en donde en otro tiempo había soñado con escribir todo lo que sentía por ella. El párrafo sigue con la idea del beso pero esto, conociendo la trayectoria "de papel" de Keira, es precioso.

... Durante la cena intentó contarme qué había sido de su vida desde nuestra separación. Pero ¿cómo explicar quince años de existencia en tan sólo unas horas? La memoria es tan perezosa como hipócrita y sólo retiene los mejores y los peores recuerdos, los tiempos más extremos, nunca la medida de lo cotidiano, que borra.

Por otro lado, la cita en la página anterior al prólogo me ha encantado... ¿Quién era André Brahic? No, no, perdón, "es", quién ES André Brahic. Copio de la Wikipedia en francés:

André Brahic est un astronome, physicien français et astrophysicien né en 1942 à Paris. Il est connu par le grand public pour avoir découvert les anneaux de Neptune ainsi que les arcs de cette même planète auxquels il a donné les noms de Liberté, Égalité et Fraternité.

Y la cita:

Todos somos polvo de estrellas

ANDRÉ BRAHIC

Friday, April 22, 2011

Querido Sr. 村上 春樹,

No me acuerdo cómo me referí a usted en otra ocasión, pero de nuevo nos volvemos a encontrar. Esta vez, por la insistencia de una amiga que ha leído varias novelas suyas y, ante mi desencanto por su novela Tokio blues, me quería presentar al gran Murakami, al escritor que ha encandilado a Occidente, aunque para ella sea también el de los finales "incompletos".


[P. D. a los ajenos: Conforme escribo, he encontrado varias páginas interesantes sobre el autor... Llevo tiempo sin cultivar la buena costumbre de saber un poco sobre la vida de los escritores a los que leo... Una de ellas, la entrada sobre él en la Wikipedia]


Hace ya varias semanas que acabé su novela y ya no tengo muchos recuerdos. Creo que sólo me quedan dos: Por un lado, la cantidad de "grandes frases" que surcan su novela. Son ideas o expresiones que se encuentran en medio de la lectura y que tienen tintes de prosa poética. Por otro, el lado onírico de parte de la historia. Me ha gustado, sí, pero no he llegado a comprenderlo. Podríamos interpretar que Myu se vió a sí misma desde la noria haciendo lo que de verdad había hecho en su habitación. La forma de expresarlo me parece bastante confusa. Tan real, como si de verdad hubiera dos personas en ese mismo momento y se viera con sus prismáticos en otro punto distinto. Por un momento pensé que era otra, una doble, y que el hombre que la acechaba se había llevado a esa chica que se parecía tanto a ella a su habitación.

He leído que fue la primera novela en la que introdujo una relación lésbica. Pensando ahora en la historia leída, estaba mezclando ésta con Tokio Blues donde también se menciona una relación parecida. Si no llega a ser por la belleza del texto en algunos momentos hubiera podido decir lo de "leído uno, leídos todos".

Seguro que hasta pronto. Gracias. ありがとうございます

Wednesday, March 09, 2011

Sr. Baricco,

Este fin de semana he podido leer su novela... o cuento... o historia, Seda. Ciertamente es eso, una historia, un relato de unos hechos, en ocasiones repetitivos, como en la realidad hubieran sido: el comerciante que va y que viene y durante cuatro años hace el mismo - o casi el mismo - trayecto de ida y vuelta. Siempre, excepto al final, cumple su cometido. No se sobrepasa, es calmado, no hay angustias o sorpresas de última hora. Las cosas ocurren en esta historia sin sobresaltos aunque hay enigmas y misterios, preguntas sin contestar, cosas sin explicar. La historia está abierta por los cuatro costados.
No me ha gustado mucho. El lenguaje y el ritmo son pausados y poéticos. La repetición, los puntos y aparte y el tempo dan al libro un toque de belleza, un aura especial. Pero aun así no me convence.
P. D. a los ajenos: Hay una frase que me ha gustado especialmente:
... Tenía los labios entrecerrados, parecían la prehistoria de una sonrisa.

Estimado Sr. Murakami:

Creo que después de escuchar Norwegian wood de los Beatles he podido comprender un poco mejor su libro. Hay muchas otras canciones que me gustaría escuchar y seguro me ayudarían a entender más… Su historia está llena de referencias tanto musicales como literarias. Me ha sorprendido que la mayor parte de éstas sean occidentales: pensaba que los estudiantes preferirían leer autores japoneses y también que se enseñara a los griegos en Historia del Teatro. También imaginaba que las costumbres, las expresiones y los modos de ser iban a ser distintos de los nuestros pero también me he sorprendido viendo lo contrario, lo parecido que podemos ser.
Su libro, por otro lado, está invadido de tristeza, desconsuelo y melancolía. Por eso lo del blues... Y esto no sólo les pasa a los que han estado en contacto con el suicidio de amigos o familiares. Creo que todos los personajes que aparecen en el libro están empapados de esa “depresión asiática”. No me gusta demasiado este tipo de literatura. De verdad creo que no me hace bien.
Me suena además a una especie de espíritu romántico en el que todavía perdura el recuerdo y el amor por la naturaleza y los paisajes, donde la hierba y las espigas se mecen al viento, donde el cielo está tan alto que duele el cuello de mirarlo (o algo así) y donde abundan la niebla y los bosques.
Me ha gustado mucho el personaje de Watanabe. Su hablar, su soledad elegida y disfrutada y, a la vez, su necesidad de las personas y su capacidad para reconocerlo.
Su libro también está lleno de gente honesta que habla de forma totalmente sincera, intenta hacerlo o pide a los demás que lo hagan. Creo que no hay falsedad ni engaño. No hay palabras vacías, ni sonrisas ni conversaciones incómodas. De esta forma la vida me parece mucho más sencilla y rápida.
Dejo para mí la letra de Norwegian wood y un saludo para usted.

I once had a girl, or should I say, she once had me...
She showed me her room, isn't it good, norwegian wood?
She asked me to stay and she told me to sit anywhere,
So I looked around and I noticed there wasn't a chair.
I sat on a rug, biding my time, drinking her wine.
We talked until two and then she said, "It's time for bed"
She told me she worked in the morning and started to laugh.
I told her I didn't and crawled off to sleep in the bath
And when I awoke, I was alone, this bird had flown
So I lit a fire, isn't it good, norwegian wood.

P. D. a los ajenos: Creo que si tuviera un gato también lo llamaría Gaviota... Y si tuviera un perro, lo llamaría Camino, como Robert Kincaid en Los puentes de Madison County.
[Añadido del 20/06/2011]
Sr. Murakami, ¡tengo que contárselo! (Aunque no sé por qué en cursiva, no me pregunte). Ayer, mientras iba en el autobús, oí una conversación tan interesante... Un chico, hablaba con un amigo, dolido quizás por una ruptura reciente mezclada con toques de insatisfacción general. Este chico, después de varios consejos y una conversación bastante profunda (creo que es la primera de este tipo que oigo en un autobús) le dijo algo que había aprendido en un curso de ética, algo como que hay que aprender a aceptar las imperfecciones del mundo y de nosotros mismos... No se lo cuento tal cuál, me quedé con la idea... Pero mientras lo oía pensaba: "¿Dónde he oído yo esto antes?" Sabía que provenía de algún libro que había leído recientemente y eché la vista atrás, ayudada por las imágenes mentales que tengo de este blog... y de repente caí: "¡Murakami!" Aunque en ese momento no supe a qué libro pertenecía. Ya hoy he enlazado las ideas... No recuerdo cómo se llamaba el personaje que lo decía, el que lo había aprendido y era el amor de Watanabe (fíjese que sólo me acuerdo del personaje masculino). Recuerdo que, al leer el libro, también comenté esta idea con alguien, citando totalmente la fuente y las palabras que decía tal como las recordaba. El personaje estaba aprendiendo, no a superar sus imperfecciones (esa era la palabra, como también dijo el chico del autobús), sino a conocerlas, para así saber que su imagen del mundo estaba distorsionada por estas. Así podía llegar a conocer el mundo como es, aunque siempre sabiendo que estaba siendo a través de sus propias imperfecciones... Con esta última idea ya desvarío, pero acéptela de manera general. No sé si la tal persona/s que dió/eron el tal curso de ética sacó las ideas de su libro o fueron usted y ellos los que se basaron en una/s tercera persona/s... o sus reflexiones coincidieron... o tienen ambos todos un gran sentido común. Me gustó mucho reconocer esta idea, oirla en la voz de este chico, que él la dijera a su amigo, que el amigo la aceptara (según la conversación siguiente), que la trajera a mi mente, que me recordara a su libro... y al fin, que yo tuviera la cara dura de escuchar, sin ningún miramiento toda la conversación... Luego no hablé con este chico... me pierdo las mejores. Un abrazo.

Monday, March 07, 2011

Querida Paullina:

Para mis queridos abuelos, que han sobrevivido a la Primera Guerra Mundial, la Revolución rusa, la guerra civil rusa, la Segunda Guerra Mundial, el sitio de Leningrado y la evacuación, la hambruna y las purgas, a Lenin y Stalin, y en el ocaso dorado de sus vidas, a veinte veranos sin aire acondicionado en Nueva York. Que Dios os bendiga.
[Dedicatoria de El jinete de bronce]

Paullina:
Después de una semana (sí, para mí sólo una semana, eso sí, a pleno rendimiento) en Rusia, pasando hambre y frío (mucho frío) y soportando también el calor agobiante del verano, el celo y la pasión de dos amantes (aguantando la envidia y resignada), el miedo por el futuro y por el presente, viviendo la muerte... creo que me será más fácil comunicarme con usted de esta manera:

¿Qué me ha gustado de El jinete de bronce?
- ALEXANDR. ¿Por qué? Cumple (o cumpliría) 24 años al final de la novela. Para mí es un niño aunque aquí es un adulto... ¿exagerado? Yo creo que sí. Se entiende por todas las experiencias que ha tenido que vivir y la consecuente toma de decisiones. Pero, insisto (yo misma), ¿por qué me gusta? Porque está VIVO. Y no “vivo” porque le lata el corazón y la sangre le corra por las venas, vivo porque tiene y expresa sentimientos (que él siente y que otros sienten), vivo porque se alegra, sufre y ambas cosas las hace al máximo, vivo porque decide sobre su vida, cuando puede, y reflexiona sobre los caminos que la vida le hace tomar...
Me gusta Alenxadr porque es un hombre que sabe ser “cotidiano”. En el libro no sólo hay momentos de amor (bastante explícitos por cierto y que se nota han sido escritos por una mujer) sino momentos de vida. Alexandr hace un banco, corta una mesa que sirva para el fuego, lava los platos, come y pide comida con ganas, defiende a Tatiana, la acompaña a por sus raciones, atraviesa un campo de batalla para buscarla en Lazarevo... Y no todo son cosas heroicas. La mayoría de ellas prosaicas. Eso es lo que más me ha gustado. Da la impresión que Alexandr sea un hombre con el que se pueda hablar de todo. No sólo ha visto a Tatiana con su vestido blanco de flores rojas sino que la ha visto envuelta en un abrigo negro el doble de grande que ella, enferma y desnutrida o bajo los cascotes de una estación derruida.
En este libro hay pocos puntos suspensivos (esos que tanto me gustan). Se dice más de lo que se pretende que se intuya o, al menos, se dice mucho. Aun así, también hay espacio para la imaginación y sobretodo creo que se transmiten muy bien los sentimientos.

Además, que la historia sea tan larga permite que se vea evolucionar a los personajes, que sepas de dónde vienen, lo que han vivido y adonde quieren ir. Sus recuerdos son también tuyos. Cuando Tatiana y Alexandr se acuerdan del momento en que se vieron por primera vez, yo también he podido recrear ese hecho como un momento de la historia vivida. Y ahora me acuerdo yo de la primera vez que él la toca:
Él continuaba sujetándola. Su mano, que tenía el tamaño de un país pequeño, quizá Polonia, le rodeaba todo el brazo. Tatiana se irguió, con un leve temblor, y él la soltó, dejando un tibio espacio vacío donde había estado su mano.

... de cuando le regala los libros y ella no sabe que hacer con el papel que los envuelve:
- Pero lo has envuelto tan bien... ¿Por qué tengo que tirarlo?
- No es más que papel.
- Si es sólo papel, ¿por qué lo has envuelto?

Cuando celebran el cumpleaños de Tatiana...
Alexandr tenía una risa muy bonita. Una risa sincera, profunda, masculina, que nacía en su pecho y se contagiaba para acabar en el suyo.

... y Tatiana intenta averiguar...
... quería preguntarle si alguna vez lo llamaban de otra manera que no fuera Alexandr. Era una pregunta poco apropiada y no la formuló. Caminar al atardecer por un paseo a la orilla del río tendría que bastarle. No podía preguntar cuál era el apodo cariñoso que a Alexandr le gustaba escuchar.

Y más tarde lo averigua:
- Si quieres, tú puedes llamarme Shura.
«¡Shura! Qué apodo tan cariñoso. Me encantaría llamarte Shura»
- ¿Quién te llama Shura?
- Nadie – contestó Alexandr, mientras le dedicaba un gesto de despedida.

Y volviendo al momento en que se ven por primera vez... me parece fantástico... ¿cómo no han hecho una película de su libro? El escenario espacio-temporal es genial. La despreocupada Tatiana lamiendo un helado el día de la declaración de la guerra, ignorante de las consecuencias y de su propio futuro. Alexandr que la ve, desde el otro lado de la calle y es capaz de conectar con ella, de ver en todo el conjunto el valor de esa persona en sí y para él. Que es capaz de pararse, de VERLA y de seguirla.

[Me olvidé de los guiones, pero aquí vuelvo]
- Me ha gustado que la historia se acabe y tenga un final aunque también sepa que hay una continuación y en el libro se pueda intuir. Pero El jinete de bronce es un libro con un punto de partida y un punto final (o seguido).

¿Qué no me ha gustado de El jinete de bronce?
- El ascenso militar imparable de Alexandr me ha parecido exagerado. Creo que si me hubiera fijado, al menos hubiera aprendido algo sobre graduación militar.
- No sé por qué pero el final de la historia no me ha cautivado tanto como el principio. Hay un punto de inflexión en Lazarevo, cuando Alexandr llega y la descubre nadando en la abundancia, vestida de verano y nadando en el río. Las dudas sobre porqué o por quién él estaba allí eran lógicas pero me ha parecido que se alargaban demasiado. La salida de Rusia sí es de thriller y los momentos en los que ella descubre la forma de vida occidental son excepción. Me estoy acordando ahora de cuando ve por primera vez una lavadora. Estos momentos sólo se mencionan, sí, pero con el bagaje a la espalda que tenía como lectora de la vida de Tatiana, creo que los he podido sentir como los sintió ella.
Fuera de toda pregunta me quedarían un par de cosas por decirle. El libro me ha parecido duro. Edulcorado con una historia de amor, pero duro. Aunque me ha hecho interesarme por la historia rusa de esos momentos y preguntarme por los que no aparecen, no hubiera leído nada sobre el asedio de Leningrado en otras circunstancias. Creo que ha contado o recreado la historia bastante bien. Las etapas de la guerra en la población civil. Sin orden: el entusiasmo y el arrojo, el miedo y el terror, la ingenuidad y la ignorancia, la violencia y el odio, el deseo de venganza, el “sálvese quién pueda”, el egoísmo y la cobardía, la desesperación, el embrutecimiento y la deshumanización, la valentía y la heroicidad... Si pudiéramos ver en imágenes y sentir en nuestra piel lo que los estuvieron allí vieron, sintieron y vivieron, seguramente sería mucho más duro de lo que usted nos cuenta. Pero aun así, me parece bastante aproximado.
Al igual que cuando leí Ensayo sobre la ceguera, pienso en estos momentos de pánico y caos y tengo miedo. Tatiana y su familia, como todos los rusos de ese momento, vivían en la estrechez y la lucha formaba parte de sus vidas. Para no pensar “en colectivo”, me pregunto, ¿yo estaría preparada?...
He reflexionado mucho sobre este tema mientras leía y todavía me ronda por la cabeza.
El otro tema que quería comentarle (o sobre el que reflexionar en voz alta) es la red de mentiras que tejen Alexandr y Tatiana. Si esto ocurriera (que ocurre) en la vida real, ¿no sería más fácil cortar de raíz y aclarar la verdad desde el primer momento aunque alguien sufriera que esperar hasta el punto en el que las mentiras te llevaran a hacer cosas que no quieres?

Paullina, delante de mí tengo dos jinetes de bronce... podría tener un tercero, porque hay uno en la ciudad donde vivo, aunque no represente a Pedro el Grande... pero ahora sólo tengo dos: el suyo y el de Pushkin. Aunque quiero comenzar a leer este último, no sé si voy a ser capaz de captar todo el significado de este poema... Emocionada, le quiero dar las gracias por haber escrito este libro y por haberme introducido en otro. Por ahora no quiero leer los dos volúmenes que continúan al Jinete porque me he visto demasiado absorbida por él y yo, que no soy como Tatiana, aunque llevo toda mi vida respirando, necesito seguir haciéndolo.

A very big hug.

P. D. a los ajenos:
Llegué a este libro por una referencia en un comentario a una entrada publicada en un blog. El libro, como veréis los que estáis buscándolo, no parece estar por los canales habituales de venta: agotado en librerías y no presente en librerías de viejo... al menos de un primer vistazo. Yo he leído la edición de Grijalbo de 2001 pero creo que también lo editó Círculo de Lectores.

Os dejo unas últimas palabras...
- Por favor, no te mueras – le suplicó –. No creo que pueda enterrarte. Ya he enterrado a todos los demás.
- ¿Cómo puedo morir cuando tú has vertido tu sangre inmortal en mis venas? - preguntó el comandante con voz entrecortada.

Carta póstuma al Sr. Fast:

Querido Señor,
Acabo de releer el prólogo que usted escribió a la primera edición de su obra y el otro de 1996 que incluye la edición que he leído (de El País). Me han dado los datos que había olvidado sobre cómo y en qué circunstancias escribió esta historia, Espartaco. Hace años (creo) que no leía una novela histórica, o por lo menos basada en personajes y hechos reales, no tan alejados de lo que ocurrió... aunque eso, ¿quién lo sabe? He buscado en la Espasa* (cosa que tampoco había hecho hace años) lo que había escrito sobre Espartaco. Según dice, provenía de sangre noble pero fue reducido a esclavo por haber desertado del ejército romano donde servía como soldado. Son más las semejanzas que las diferencias entre la figura real y la que usted plasma en su novela.
Me encanta la forma en que todas las historias y los personajes se interrelacionan, espiritual y corporalmente, en los caminos, las ciudades, en las villas y ante la mesa, reflejando muy bien (al menos como imagino) la sociedad romana de esa época.
Y de nuevo me asombro – como me pasó hace meses cuando leí El hereje – de la crueldad humana para el martirio y el castigo. También incluye la Espasa la mención a las 6000 cruces que sembraron la Vía Apia entre Roma y Capua. Cuántas veces en la Historia nos habremos escandalizado ante estos hechos pero... ¿cuántas veces se han vuelto a repetir? ¿Cuántas veces volverán a repetirse? En cuanto no quede hombre que lo recuerde, en cuanto los hechos se desvirtúen y banalicen lo suficiente y exista cualquier “motivo superior” que los justifiquen. Y ocurrió de nuevo con los esclavos americanos (que son de ida y vuelta), los campos de concentración, la explotación en el Tercer Mundo...
Algo dice la Espasa también (perdóneme que la cite tanto, pero me entró la curiosidad de contrastar sus datos) sobre cómo Espartaco no podía controlar a sus hombres, dispuestos a la venganza. Presuponemos los motivos puros en Espartaco, sí, puros, como dice Varinia (la Espasa no la nombra en esta entrada), como él era puro. ¿Hay alguien así hoy en día? ¿Existe alguien con tal rectitud? ¿Alguien capaz de ofrecer su vida por un derecho de todos? Creo que estas son virtudes perdidas en el mundo de hoy en día, al menos en el que me muevo, imposibles de conseguir por la velocidad de la vida que sólo te deja pensar en ti mismo y en dónde agarrarte para no marearte.
Otras dos cosas me han llamado la atención: por un lado, el uso de expresiones y palabras sacadas de la época, como si el narrador de la historia se situara en la nuestra. En esos momentos la narración no parece instantánea sino que parece puesta en manos del escritor, es decir, de usted; y por otro, las referencias – al menos a mí me lo parecen – al ideal de la sociedad comunista que no distingue entre amos y esclavos y en el que todo es de todos.

Gracias Sr. Fast. Creo que sí consiguió algo grande contando esta historia.

P. D. a los ajenos: Este libro fue un regalo de 1€ que agradezco como si hubiera sido de 10.000€.

*Por cierto que la redacción de la Espasa ya suena a desfasada: “Espartaco, dotado de gran inteligencia y de una fuerza hercúlea, fué bien pronto el núcleo contra el cual convergieron todos los espíritus decididos á morir por la libertad, redimiendo á todos sus compañeros, los esclavos y quizá á la misma Italia oprimida por Roma, antes que perder la vida sirviendo de espectáculo á los caprichos brutales y voluptuosos de los romanos”. La referencia bibliográfica que contiene la cita de Espartaco en esta Enciclopedia corresponde a Giovagnoli, Spartaco (Milán, 1882)

Sólo algunos textos...

Varinia, cuando era una niña, había observado qué ocurría a los hombres y a las mujeres de su tribu cuando se amaban mutuamente. Se le llamaba el triunfo sobre el temor; hasta los demonios y los espíritus de los grandes bosques en que vivían los suyos sabía que aquellos que amaban eran invulnerables al temor, lo que podía verse en los ojos de los que amaban y en la manera como caminaban y en el modo en que entrelazaban sus dedos.

... Graco recordaba muy bien aquel momento, pues fue entonces cuando Espartaco cobró vida surgiendo de la nada para remecer el mundo entero. Otros hombres tienen raíces, un pasado, un comienzo, un lugar, una tierra, un país..., pero Espartaco no tenía nada de eso. Había nacido de los labios del soldado que sobrevivió y cuya supervivencia había sido determinada por Espartaco con el fin, con el propósito, de que regresara al Senado a decir que era un hombre de tales o cuales características. No era un coloso, ni un salvaje, ni un ser terrible, sino simplemente un esclavo; pero había algo en él que el soldado vio y que debía ser contado.

Una vez, mucho tiempo después de esto, un esclavo romano fue crucificado (...), fue perdonado por el propio emperador, y consiguió vivir. Escribió un relato de lo que había sentido en la cruz, y lo más extraordinario de este relato es lo que decía de la cuestión del tiempo. “En la cruz – contaba – hay solamente dos cosas: dolor y eternidad. Me han dicho que estuve en la cruz solamente veinticuatro horas, pero yo permanecí en la cruz más tiempo que el transcurrido desde que existe el mundo. Si el tiempo no existe, entonces cada instante es igual a siempre”


Por cierto, ¿quién no ha visto a Kirk Douglas en el Espartaco de Kubrik?