
Friday, November 28, 2008
Querido Federico:

Saturday, November 08, 2008
Carta póstuma al Sr. Charles Dickens:
Me hallo aún en la ardua tarea de leer la introducción a su obra que Cátedra coloca al principio y que a mí me gusta leer al final. ¿Qué podría decirle de mi lectura de Grandes Esperanzas? En primer lugar que me parece llevo siglos leyéndolo... a lo mejor hasta hay alguien que me ha echado de menos.Tanto que ya no recuerdo lo que era leer fuera de Dickens. Bien, he cumplido entonces mi objetivo: "algo de Dickens". En realidad la novela me ha gustado. Su narración en algunos momentos es plenamente actual pero será por los momentos en que no lo es por los que he tardado tanto en leerla. Es sarcástica, sí, como dice la edición y por eso sorprende. Refleja muy bien el mundo interior de alguien con dudas, con sentimientos contrarios, con remordimientos...todo lo que forma parte del diálogo interior de uno. Pero, como me ocurre a veces, hay momentos en los que me he perdido y que me he perdido, esto es que, sin saber si había algún mensaje, creo que me he dejado algo atrás.
Yo, desde luego, estoy del lado de Pip. Su destino o la sucesión de los acontecimientos le arrastra pero en el fondo él no es consciente de esto. Se ve manejado por personas y, al final, tanto soñar, acaba siendo aun más desgraciado. Y todo esto pese a que la novela tenga un final feliz. Te apiadas de él y piensas si es positivo que la fortuna ni te roce. Para todo hay que estar preparado: tanto para la mala como para la buena suerte. Él, aunque se olvidó de su familia, no se convirtió en un ser arrogante y despreciante (si es que esta palabra existe), además que la conciencia no se lo permitía. Y creo que es por eso por lo que me compadezco, porque estaba luchando por ser algo que él no era porque era lo que tenía que hacer, lo que el destino le había marcado.
Situaciones extrañas las hay y el entorno de la Señorita Havisham la que más. Y es curioso imaginar al escritor victoriano escribiéndola. Parece algo tan actual, por lo estrafalario, que podría estar escrito en una novela de hoy en día además de otro género.
Hay muchos personajes que no he llegado a comprender: el carácter de Estella, Orlick y Pumblechook, al que me he pasado la mayor parte del libro confundiendo con otro, o al menos dudando de si se refería a este o a algún otro personaje que apareciera en la cena inicial.
En fin y en todo, gracias Sr. Dickens desde mi pequeño acercamiento a su obra.
P. D. a los ajenos: Aquí dejo algunos párrafos que he ido señalando por su redacción o porque me traían a la memoria otras anécdotas.
Dios sabe que no debemos nunca avergonzarnos de nuestras lágrimas, pues son lluvia que cae sobre el polvo cegador de la tierra que endurece nuestros corazones. Me sentí mejor que antes de haber llorado, más triste, más consciente de mi ingratitud, más manos. De haber llorado antes tendría a Joe allí a mi lado.
Todos los estafadores del mundo no son nada en comparación con los que falsean consigo mismos; yo me engañaba a mí mismo con aquellas excusas. Sin duda era cosa curiosa: que inocentemente cogiera media corona falsa, de manufactura ajena, es comprensible; ¡pero aceptar a sabiendas las espúreas monedas de mi propia fabricación como buenas...! Cualquier desconocido amable, bajo pretexto de doblarme mejor los billetes de banco y en aras a la seguridad, puede sustraerme los billetes y darme a cambio cáscaras de nuez, pero ¿qué importancia tiene su trueque comparado con el mío si yo empaqueto mis propias cáscaras y me las hago pasar ante mí mismo por billetes?
Cuando me hube metido en la cama, cansado, apesadumbrado, y con los pies doloridos, descubrí que no podía cerrar los ojos más de lo que hubiera podido cerrar los de este loco Argos*. Y así, en la soledad y silencio de la noche, nos mirábamos el uno al otro.
*Personaje de la mitología griega que poseía cien ojos
Tuesday, November 04, 2008
Estimado sr. Julian Barnes:

Sunday, August 31, 2008
Estimado Sr. Irving:

Faltan descripciones y a la vez sobran. Faltan, de personajes. Sobran, de instrumental, de maquinaria, de huertos y manzanos...aunque no todas, claro está.
Me ha parecido muy interesante la voz de la lectura llena de grandes lecciones: el Dr. Larch hablando de “Aquí en St. Cloud's” o “En otras partes del mundo” o el modo de pensar y razonar de Homer, en el fondo tan esquemático, la idea del beduino, el amor y los términos en que se expresa, entre el obstreta y su discípulo...
Tengo algunas frases célebres:
“La adolescencia”, escribió Wilbur Larch, “¿se presenta cuando por primera vez en la vida descubrimos que tenemos algo terrible que ocultar a los que nos aman?”
Pero Homer Wells, desde la ventana del Wally, no podía saber que los besos del Dr. Larch andaban sueltos por el mundo, buscándole.
Y una frase resumen para los que me conocen:
Pero a la gente de Maine no le gustan los teléfonos, un invento grosero; especialmente en el caso de noticias importantes, un teléfono suele cogerte con la guardia baja.
Gracias Mister Irving.
P. D. Acabo de saber – ignorante de mí – que es usted el autor del guión de la citada película. ¿Debo retractarme? ¿He dicho algo inadecuado? Espero que no
P. D. a los ajenos: He encontrado una entrada de un blog de alguien al que le gusta mucho este autor. Lo reseño aquí.
Saturday, August 02, 2008
Querido Sr. (Ed.) Paul Auster:

Wednesday, July 16, 2008
Estimado sr. Bradbury:

Tuesday, July 08, 2008
Querida Sra. Arundhati:

Me gusta mucho este estilo: frases cortas, aisladas por puntos que encierran un gran significado. He marcado tantos pasajes que el libro ha doblado su volumen con tantas esquinitas de páginas señaladas...y lo peor...es que he olvidado copiarlos antes de devolverlo en la biblioteca...espero que el siguiente lector no me lo tenga en cuenta. De memoria, y con las lágrimas de la despedida de Estha todavía corriendo por mi cara, sólo puedo recordar algunas ideas sobre una fuente con un "amor-en-Tokio" y un tupé deshecho, los embajadores de "Dios-sabe-qué": I. Palo y E. Pelvis.
Debo agradecer su lectura a aquella persona que se acordó de citar este libro entre sus preferidos. No todas las sugerencias de los demás nos sirven pero en este caso el esfuerzo por continuar, la curiosidad por conocer los gustos de otras personas y la propia belleza progresiva del libro, me han ofrecido una preciosa lectura.
Echo en falta más traducciones de términos indios. Y se me hacen raras las rimas tan perfectas: me da por desconfiar de la fidelidad de la traducción. Y todo porque al principio pensé que el libro estaba escrito en...¿indio? No. Por fin descubrí que lo escribió en inglés.
El libro rebosa ternura por sus cuatro costados...y ahora me da por pensar si también lo hará en su idioma original. Lleno de inocencia y de amor PURO, como el de unos hijos que veneran a su madre.
Gracias señora Roy. Libros así, pese a la tragedia que narran, levantan el espíritu.
Jueves 10/07/2008
P. D. a los ajenos:
He recuperado el libro de las esquinitas dobladas. Con la venia del "Señor de la Propiedad Intelectual" paso a transcribir algunos párrafos (sólo para abrir boca):
Estha siempre había sido un niño callado, así que nadie pudo determinar con precisión el momento exacto (por lo menos el año, ya que no el mes ni el día) en que dejó de hablar. Simplemente, dejó de hablar; eso es todo. El hecho es que no hubo un "momento exacto". Había sido un asunto de reducción paulatina del negocio hasta llegar al cierre definitivo. Un ir quedándose callado apenas perceptible. Como si, sencillamente, se hubiese quedado sin tema de conversación y ya no tuviese nada más que decir. Además, el silencio de Estha nunca fue incómodo. Ni molesto. Ni llamativo. No era un silencio acusador, de protesta, sino más bien un aletargamiento, una inactividad, un equivalente psicológico de lo que hacen los peces dipneos para soportar la temporada de sequía, salvo que, en el caso de Estha, dicha temporada parecía que iba a durar eternamente.
Con el tiempo había adquirido la capacidad de mimetizarse con aquello que tuviese detrás (librerías, jardines, cortinas, puertas, calles) hasta parecer inanimado, casi invisible para un ojo inexperto. Normalmente, a los extraños les llevaba cierto tiempo reparar en él, incluso aunque se encontrasen en la misma habitación. Y tardaban aún más en darse cuenta de que nunca hablaba. Había quien ni siquiera lo advertía.
Estha ocupaba muy poco espacio en el mundo.
Y sólo un trozo más:
Entonces, para que Estha y Rahel tuvieran un sentido de la perspectiva histórica (...) les habló de la Señora Tierra. Les dijo que imaginaran que la Tierra - que tenía cuatro mil seiscientos millones de años - era una mujer de cuarenta y seis años, tan mayor, dijo, como la señorita Aleyamma, que les daba clases de malayalam. A la Señora Tierra le había llevado toda su vida convertirse en lo que era. Separar los océanos. Levantar las montañas. La Señora Tierra tenía once años, dijo Chacko, cuando aparecieron los primeros organismos unicelulares. Los primeros animales, criaturas como los gusanos y las medusas, no aparecieron hasta que tenía cuarenta años. Ya tenía más de cuarenta y cinco (de eso hacía apenas ocho meses) cuando los dinosaurios empezaron a deambular por su superficie.
Toda la civilización humana, tal y como la conocemos - les dijo Chacko a los gemelos-, comenzó hace apenas dos horas en al vida de la Señora Tierra. (...)
Chacko dijo que era algo sobrecogedor y una lección de humildad (...) pensar que toda la historia contemporánea, las Guerras Mundiales, la Guerra de los Sueños, el hombre en la Luna, la ciencia, la literatura, la filosofía, la búsqueda de conocimientos, no fueran más que un leve pestañeo de los ojos de la Señora Tierra.
- Y, por lo que respecta a nosotros, queridos míos, todo lo que somos o lo que podemos llegar a ser no será nunca más que un destello en los ojos de la Señora Tierra - dijo Chacko en tono grandilocuente, tumbado en la cama y con la mirada clavada en el techo.
Y, por no ofender más al "Señor de la Propiedad Intelectual", acabo aquí, aunque me encantaría contaros el pasaje en el que ven la película Sonrisas y lágrimas: es perfecto
Monday, June 16, 2008
Querida Mrs. Rowling:

Se acabó. Ya no habrá más…qué vacío tan grande. ¡¡Es que he cogido tanto cariño al Niño que sobrevivió!! ¡¡Y me he acostumbrado a tener noticias suyas cada varios años!! Seguro que usted descansará ya, sí, pero yo no me alegro. El final de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte no me ha desilusionado – pese a tratarse de un capítulo que rompía bastante con el esquema – pero lo he leído con una gran tristeza.
Este último libro me ha gustado bastante, pero no lo hizo el anterior del que ya no recuerdo ni el título, me pareció lleno de diálogos fáciles y repetitivos, además de hacer desaparecer personajes que hacían que se te rompiera un poquito el alma (el alma lectora). Ahora, en este último, la desaparición de otros personajes se hace más llevadera (como las penas) porque forma parte de un plan...pero siempre da pena perder a seres queridos, no?
Gracias, gracias y gracias Sra. Rowling. Thank very much. Pasemos del aspecto comercial, de si ha querido extender el negocio. Espero que haya escrito estos libros con intención recta. THANK YOU!!
Estimado Sr. Noah Gordon:

Su estilo narrativo me gusta mucho. Sólo en algunas ocasiones me siento incapaz de seguir algunas descripciones. Al final da las gracias a una persona que le informó sobre la construcción de una puerta…creo que debería ponerme en contacto con ella para que también a mí me lo explique. Pese a todo, es muy agradable leer su prosa, se hace de forma rápida y engancha.
El hilo de la historia es, en esencia, más o menos el mismo que El último judío: alguien que huye. Y todos tienen un punto en común muy interesante literariamente pues permite contar más cosas: todos viajan.
Gracias por su libro y pese a mis sentimientos encontrados, intentaré tardar algo más de tiempo en volver a leer alguno de sus libros para cogerlo con más ganas.
Monday, April 28, 2008
Estimado Sr. Ian McEwan:
Friday, April 25, 2008
Estimado Sr. Noah Gordon:
Thursday, April 10, 2008
Carta póstuma a la Sra. Beecher Stowe:
Últimamente me emociono tanto con los libros como con la vida y su libro ha tomado partido también en esta historia.
Ya voy dos libros por delante, algo que nunca quiero que me pase para no perder la frescura en el recuerdo de los detalles, pero apenas he tenido tiempo disponible para pensar en escribirle.
Lo que más me ha quedado de este libro es su gran actualidad. Las palabras, las expresiones, los diálogos, el ritmo...podrían hacer parecer al libro de 2008. Quizás los avances técnicos han hecho que cambie el entorno en el que se desarrolla el hombre, pero sus pensamientos y comportamientos ante las cosas no han cambiado mucho. Seguro que en esta época esclavista americana encontraríamos a nuestra alma gemela de pensamiento, a alguien con cuyo intelecto conectarámos perfectamente...en ésta y en cualquier otra época anterior.
La cabaña del tío Tom es un libro - siempre a mi parecer - fundamentalmente religioso y no sólo moralista.
Me gustan los giros que marca usted, Harriet, dirigiéndose al lector al final de algunos capítulos o en medio de ellos, llamando a las madres, a los hermanos...a que se introduzcan en la lectura, en el personaje. En esos momentos el libro se hacer tan cercano, como si alguien te estuviera contando su historia particular.
La muerte de Tom y la comunicación de la noticia a su familia se siente como un momento verdaderamente trágico. Cuando me hablaron del libro, me describieron a Tom como el hombre más bueno del mundo, pero a mí no me lo ha parecido. Hay tantos personajes en la novela que, para mí, el de Tom es uno más entre tantos.
El tiempo apremia y debo irme. Gracias por su libro.
Monday, February 11, 2008
Carta póstuma al Sr. Robert Louis Stevenson:
