No tengo palabras para describir la satisfacción que me ha supuesto la lectura de su libro, que he devorado con avidez. Sólo decir que en las últimas páginas, hasta he derramado lágrimas pensando en Esteban Trueba y me ha hecho ver la grandeza (no quizás de perfección, sino por enormidad) de la vida de algunas personas que se han hecho a sí mismas, que han labrado lo que tienen a fuerza de voluntad (y sin juzgar si bien o mal, si han pasado o no por encima de otras personas) y a las que no han regalado nada. Describe perfectamente el mundo, yo no diría de los sentimientos, sino de la complejidad de las personas. Un libro lleno de "personas especiales" de esas que necesitas años para descubrir e incluso pueden dejarte sin que te des cuenta que son así.
Quizás por esa manía mía de la continuidad pese a que comprendo que a veces puede resultar aburrida, lo único que probablemente menos me ha gustado de la novela, han sido los cambios de persona en la narración.
Me ha hecho plantearme bastantes interrogantes históricos, lo que me encanta, y más sabiendo que no es el objetivo de la novela, al menos no el primero. E interesarme bastante por el país chileno, del que tan poco sabía.
Siempre habrá que darle las gracias a los responsables de marketing de La suma de los días de la que pude leer un extracto con su preciosa portada original, y pude añadirla a mi lista de ignoradas escritoras que es urgente que lea.
Me encanta su estilo. Un abrazo.
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